Los planes de Emergencias se ha vuelto una necesidad para las empresas de todo tamaño. Son requisito para unas, necesidad para otras y las carreras de aventura se han vuelto tan grandes no solo en contenido, sino en participación así que están por convertirse en un requisito y necesidad. Planes de Emergencias y las actividades de Aventura van amarrados como la perseverancia y el cansancio en la misma.

Lastimosamente, vivimos en un país donde somos más reactivos que preventores, esto es un problema. Hasta que pasa algo, como la muerte de algún participante – caso de este año en Guanacaste y Cartago, los organizadores empezarán hacer algo al respecto.

Eventualmente se convertirán en un problema más grande que nos afecta a todos, pues cada vez son más las carreras de aventura y los que participan en ellas. Hemos tenido un crecimiento exponencial de corredores y poco el crecimiento en las organizaciones de carreras. Falsamente se cree que es factible seguir organizando un evento para 500+ participantes con la misma escala organizativa de un par de años atrás.

Los planes bien estructurados son importantes para prevenir, incluso son más importantes que los seguros que se piden/tienen para hacer las actividades. Los seguros que se piden para este tipo de eventos son para cubrir en caso de una eventualidad, pero no resuelven en el momento de crisis.

Para cubrir esta necesidad en los momentos de crisis, mucho organizador contrata a un equipo médico que puede variar desde un técnico de emergencias médicas hasta varios doctores que cubre la necesidad de ayuda médica inmediata, pero nos deja a veces sin saber dónde, cómo y quién se lleva el paciente. Incluso si se contratara un servicio de ambulancia se debería contar con un plan escrito.

La falta de comunicación con las entidades de ayuda pre-hospitalaria como la Cruz Roja, que al igual que los servicios de ambulancia pagados, son entidades privadas; la falta de conocimiento de los servicios ofrecidos por las clínicas, Ebais y hospitales locales impiden a la actividad contar con un cuidado efectivo del paciente durante la misma.

Los planes amarran estos procedimientos y protocolos en una sola directriz, dictan lineamientos, recursos necesarios para realizarlo y se deben practicar con quienes realizan la logística. Los planes en un accidente o crisis son para actuar, no para ver qué se hace.

Es una crisis los organizadores tienen que estar listos para poder actuar de manera ordenada y concisa para el beneficio del paciente. Es en un momento de crisis donde la verdadera organización se va a medir!

Organizar un plan involucra cumplir con los lineamientos del Ministerio de Salud, y si es necesario por el tipo de actividad, sobrepasar los lineamientos establecidos. Los lineamientos de Ministerio de Salud no contemplan carreras a campo atraviesa ni actividades con múltiples deportes, pues hemos crecido en el ámbito deportivo más rápido de lo que el Gobierno ha tenido capacidad de reacción, lo que nos da la libertad de crear nuestros propios reglamentos en organización y seguridad.

Toda carrera debería tener por escrito un plan de emergencia y por lo menos una práctica realizada ANTES de la carrera con sus voluntarios o empleados.

Mucho organizador va a decir que esto les incrementa los costos de las carreras, yo les preguntaría: ¿Cuál es el costo de no tener un plan y no estar ordenados? ¿Cuánto cuesta una demanda por mal manejo de un paciente o la muerte de un concursante? Para rutas secretas, hay formas de hacer esto manteniendo los objetivos de la carrera.

Estamos convirtiendo nuestro país en un punto focal para Centroamérica y a nivel mundial, donde miles de personas vendrán a participar y lo hacen de muy buena fe creyendo que las organizaciones serias tienen todo preparado en caso de una emergencia y lastimosamente esto no es cierto todavía.

La próxima vez que le ofrezcan una carrera o vea un anuncio de alguna actividad de aventura pregúntele a los organizadores que le faciliten un plan escrito en caso de emergencia. Carreras hay muchas, buenos organizadores y personas interesadas en hacer las cosas bien todavía no hemos generado suficientes para que sean la norma.